Pogo fue dado a conocer por Laurent Escoffier en 1998.
Doce
fichas, seis de un color y seis de otro. Una cuadrícula de 3×3
casillas que puedes pintar en cualquier parte (o que incluso puedes limitarte a
imaginar). Eso es todo lo que necesitas para jugar a un pequeño juego de
estrategia llamado Pogo.
Reglas
Para
empezar a jugar basta con colocar las fichas de un color en la primera fila
(formando 3 torres de 2 fichas cada una) y las del otro color en la última
fila.
En su
turno, cada jugador debe mover 1, 2 o 3 fichas de la parte superior de alguna
de las torres a 1, 2 o 3 casillas de distancia (respectivamente). Sólo pueden
usarse aquellas torres que tienen una ficha del color propio en la parte
superior.
Los
movimientos son en vertical u horizontal y pueden incluir giros pero no volver
sobre sus pasos. Además se pueden saltar tanto torres propias como torres
ajenas y tampoco hay ninguna restricción en lo que a la casilla de destino se
refiere.
El primer
jugador que no pueda mover pierde la partida.
Estrategia
La idea
básica es no mover jamás a una casilla que tiene más amenazas por parte del
contrario que por nuestra parte. En particular esto implica que las únicas
primeras jugadas que no son perjudiciales para el propio jugador 1 son
aquellas que llevan alguna de sus torres sobre alguna otra de sus torres.
Otro
punto importante a destacar es el uso de tripletas de fichas propias como
herramienta de ataque. Por un lado permiten alcanzar prácticamente la totalidad
del tablero y por otro nos aseguran que, en caso de que la torre que contiene
dicha tripleta sea “capturada” por el contrario, la torre resultante estará
“clavada” (el contrario no podrá mover sin volver a liberar alguna de nuestras fichas).
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